Un domingo más, San Mamés se llenaba para presenciar al equipo que enorgullece a toda la ciudad. Un Athletic que aspiraba a situarse en puestos europeos recibía a un Málaga que ni mucho menos está pasando por sus mejores momentos, y es que los de Javi Gracia arrancaban el partido situados en decimoctava posición.
Los primeros compases del encuentro estuvieron muy igualados y ambos conjuntos apenas gozaron de buenas ocasiones, pero lo que sucedió en el minuto 19 iba a marcar un antes y un después en el duelo. Un empujón de Mikel San José sobre Charles iba a costarle la expulsión al jugador rojiblanco después de que el colegiado del encuentro, Álvarez Izquierdo lo interpretase como agresión.
A pesar de ello minutos después, iba a ser el conjunto bilbaíno el que iba a tener una de las mejores ocasiones del partido. Williams puso un centro raso desde la banda derecha para que Susaeta lo rematase, pero por allí estaba Kameni que realizó una gran parada para que el partido continuase empatado a cero.
Después de un par de buenas aproximaciones del cuadro malacitano se llegó al final de la primera parte, con la sensación de que a pesar de que el Málaga tenía un hombre más sobre el césped no era capaz de inquietar al Athletic.
La segunda mitad comenzó con un cambio en cada equipo. Ernesto Valverde sustituyó a Markel Susaeta para dar entrada a Iturraspe y reforzar así el centro del campo. Javi Gracia por su parte incorporó a Juanpi en sustitución del amonestado Filipenko.
Los segundos cuarenta y cinco minutos no fueron demasiado vistosos para los aficionados. Un buen disparo por parte de De Marcos que despejó Kameni y la sensación de peligro que creaba el Athletic cada vez que disponía de una jugada a balón parado fueron lo más destacado de un segundo tiempo que difícilmente pasará a la historia del fútbol.
De esta forma el Athletic se dejó dos puntos por el camino aunque sumó uno para lograr el objetivo de estar el año que viene de nuevo en Europa.
Sergio Rodríguez