Llega por fin al Teatro Arriaga Muerte de un viajante. Desde mañana miércoles, 8 de junio, hasta el sábado día 11, la gran obra por la que Arthur Miller obtuvo el Premio Pulitzer en 1949 se representará en Bilbao gracias a la versión de Natalio Grueso y la puesta en escena de un montaje dirigido por Rubén Szuchmacher.
Y encabezando el reparto, un actor de la talla y el carisma de Imanol Arias, quien se mete en la piel de Willy Loman, inolvidable personaje dibujado por Miller en su original Death of a salesman (Muerte de un viajante). Willy Loman es un viajante de comercio que ha entregado todo su esfuerzo y su carrera profesional a la empresa para la que trabaja. Su único objetivo es darle una vida mejor a su familia, su mujer y sus dos hijos, que le adoran y a los que quiere inculcarles la ambición por triunfar y progresar en la escala social. Trabajador infatigable, ahora, con sesenta y tres años, exhausto y agotado tras una vida sin descanso, ve cómo su posición en la empresa se tambalea. Sus ventas ya no son las que eran y su productividad cae en picado, lo que provoca que la relación con sus jefes se haga insostenible. Su matrimonio tampoco va bien, y la relación con sus hijos esconde un antiguo secreto que les llena de resentimiento y que amenaza con destrozar la estabilidad familiar. Todo ello le lleva a una espiral de depresión y autodestrucción, en la que su único apoyo es su abnegada esposa, la única que parece entenderle.
Cristina de Inza, Jon Arias, Carlos Serrano-Clark, Jorge Basanta, Fran Calvo, y Virginia Flores, junto al propio Imanol Arias, interpretan este relato en el que, a medida que se complican los acontecimientos y los sueños de Loman se desvanecen, todo se precipita hacia un final trágico al que el vencido viajante parece inexorablemente abocado.
La crueldad de un capitalismo salvaje en el que el ser humano sólo vale lo que sea capaz de producir, la frustración por los sueños no cumplidos, la incapacidad de padres e hijos para expresarse su amor, las complejas relaciones de pareja, y la necesidad de triunfar y ser aceptado por los demás, son los ejes sobre los que pivota esta obra maestra de la dramaturgia contemporánea, una demoledora reflexión sobre el ser humano que, como buen clásico, resulta tan actual hoy como cuando se escribió a mediados del siglo pasado.