La Sala Rekalde de la Diputación Foral de Bizkaia muestra desde hoy hasta el 27 de febrero de 2022 la exposición de Idoia Montón titulada «Las siete ventanas».
La diputada de Euskera, Cultura y Deporte Lorea Bilbao Ibarra ha presentado junto a la artista, la nueva exposición temporal de la sala de exposiciones Rekalde que después viajará al MARCO de Vigo, uno de los museos gallegos referenciales en el desarrollo y evolución del arte contemporáneo.
La exposición de Idoia Montón se presentará en el MARCO Museo de Arte Contemporánea de Vigo, del 12 de abril al 17 de julio de 2022.
La diputada Lorea Bilbao Ibarra ha explicado que «La sala foral de exposiciones tiene entre sus objetivos prioritarios la colaboración entre instituciones del mismo nivel, así como el intercambio de propuestas relacionadas con la creación artística contemporánea. En este sentido, la exposición de Idoia Montón producida por Sala Rekalde se intercambiará con la propuesta expositiva del artista gallego, MANUEL QUINTANA MARTELO producida por MARCO de Vigo. De esta forma, Bizkaia y Vigo acortan distancias y establecen puentes de cooperación siempre beneficiosos para ambas partes. «
Sala Rekalde presenta la exposición «Las siete ventanas» con 90 de los mejores trabajos de Idoia Montón (Donostia, 1969), realizados desde 1990 hasta la actualidad. Se reúnen pinturas, dibujos y collages, que son los soportes habituales de la artista, procedentes de colecciones privadas así como del Museo de Bellas Artes de Bilbao y de Artium, Museo de Arte Contemporáneo Vasco de Vitoria-Gasteiz.
«Las siete ventanas» de Idoia Montón
El título «las siete ventanas» expresa de forma tanto literal como metafórica las diferentes formas de conjugar las relaciones entre el adentro y el afuera, el marco y el vano o la calle y la habitación que aparecen en su obra. El uso de la ventana es un elemento reiterado a lo largo de toda su trayectoria para ver la realidad, el paisaje o la vida, desde el interior o el exterior de una ventana.
La obra que Idoia Montón ha desarrollado durante las tres últimas décadas entre Euskadi y Catalunya se caracteriza por su marcada coherencia gracias a su radical heterogeneidad. Idoia Montón concibe la pintura como un proceso abierto y soberano, atento al hallazgo y al juego del azar.
El proyecto tiene como objetivo revisar la trayectoria de la artista y presentar las claves que estructuran su trabajo. Pero no se trata de una muestra retrospectiva ordenada de manera cronológica, sino que el recorrido posibilita una serie de núcleos temáticos, formales y contextuales. Siguiendo una secuencia matizada por asociaciones anacrónicas, la muestra se organiza en cuatro ámbitos: Una habitación propia, Guerra, Barna y Con los ojos abiertos.
Idoia Montón trabaja en la búsqueda del sentido de la pintura desde lo común para indagar en la realidad y en el mundo en el que vivimos. Sus pinturas y dibujos se construyen a partir de un catálogo de imágenes de lo cotidiano. Como explica la artista: «Mi trabajo se alimenta de mi vínculo con los espacios que voy habitando, en los que me desenvuelvo. Mediante la relación directa con las cosas, aquellas que podríamos entender como las más sencillas de nuestra cotidianidad, indago en mí misma cuestionando las circunstancias o acontecimientos que me interpelan. Mi obra exterioriza mi sentir e intenta, con su posible capacidad transformadora, actuar sobre la realidad». Idoia Montón mantiene siempre un vínculo orgánico con los espacios y las cosas que forman parte de sus vivencias con el fin de cuestionar circunstancias o acontecimientos que la interpelan.
Desde la libertad, el rigor y la autocrítica, para expresarse con voz propia, Idoia Montón realiza un trabajo artístico a modo de relato. Tomando como arranque el ámbito literario, fábulas y metáforas o escenarios de ficción, contrapone conceptos entre lo particular y lo colectivo, haciendo uso de los medios expresivos que refuerzan el mensaje de su obra. La obra de Idoia Montón comienza en el taller como un juego con las formas y los materiales que, en cierto momento, comienza a cristalizar y a revelarse como una obra. El taller es un laboratorio donde ensayar diferentes experimentos que puedan hacer que un medio tan históricamente saturado como la pintura pueda volver a hablarnos en presente. «Quiero que mi pintura sea un espejo donde [el público] se contempla; se trata de entrar y encontrar su vida reflejada». En el taller los elementos se organizan sobre un plano que la propia artista ha llamado «enigmático» y que reclama constantemente soluciones.
A partir de ese «plano enigmático» del cual van surgiendo ideas, formas y fuerzas. «El cuadro se manifiesta entonces», escribe la artista, «como un espacio abierto, sometido a un proceso en el que cualquier forma puede acabar revelándose. Podría tratarse de la emergencia de la guerra, como una fantasmagoría, en el incierto espacio en perpetua remodelación de una capital occidental…».
Idoia Montón entiende el arte como una forma de resistencia frente a la violencia de la realidad, como una manera de intentar actuar sobre la realidad. «La función del arte es su poder de transformación», ha señalado la propia artista. De ahí el profundo arraigo de su obra con la experiencia y la vida en común y, de ahí también, esa firme desconfianza frente a las convenciones y las fórmulas que a lo largo de los años le ha llevado a buscar de manera permanente un nuevo punto partida mediante la exploración de diferentes registros pictóricos, del collage bidimensional al realismo pasando, del magicismo a la crítica política, del realismo al barroco.